Aprende a encuadernar con este curso

NUESTRA PRIMERA ENCUADERNACIÓN

ENCUADERNACIÓN SENCILLA  EN TAPA SUELTA

Encuadernación de CARTONÉ con cajo a la romana y estuche de petaca.

LA DIRECCIÓN DE LA FIBRA EN EL PAPEL Y EL CARTÓN:  

Antes de comenzar vamos a explicar uno de los factores que más influyen en la construcción del libro.

El papel y el cartón están formados por fibras que tienen una orientación. En el papel artesanal y por su elaboración, estas se dirigen en todas las direcciones, pero en el industrial van todas en el mismo sentido. 

Entra en una librería o revisa los libros de tu biblioteca, comprobarás que en muchos casos es complicado su apertura; si al abrirlos sueltas las hojas, éstas tienden, como resortes, a volver a su estado original haciendo complicadísima e ingrata su lectura. En la mayoría de los casos, la causa no está ni en el grosor del papel ni en las costuras, se debe generalmente a motivos económicos, el impresor desaprovecha menos papel.

Con las encuadernaciones sucede lo mismo, su misión es proteger el libro y en algunos casos, si los dejas durante cierto tiempo encima de una mesa, verás que las tapas tienden a levantarse como si quisieran abandonar el objeto al que deben proteger. En ambos casos lo más probable es que el problema sea debido a una incorrecta colocación del papel o cartón.

En encuadernación el sentido de las fibras es importante para obtener una buena curvatura de las tapas del libro (hacia el libro) y un buen enlomado.

Todo papel o cartón que utilicemos en una encuadernación debe tener orientadas sus fibras en paralelo al lomo, o lo que es lo mismo, las fibras deben ir perpendiculares a la base del libro.

Vamos a empezar con una de las técnicas más sencillas y fáciles de aplicar, normalmente utilizada para la encuadernación de fascículos coleccionables, y que permitirá a cualquiera con ilusión y unas pocas herramientas encuadernar dignamente todo tipo de libros, libretas, álbumes de fotos etc.   

Prescindiremos de cizallas, guillotinas y prensas de percusión, pues presuponemos que la mayoría de los aficionados no disponen de ellas

PEQUEÑAS HERRAMIENTAS: 

Serrucho, escuadras, martillo, agujas, reglas, cuters o bisturí, brochas, pinceles y plegaderas.

HERRAMIENTAS MEDIANAS: 

Prensa de satinar y sacar cajos, telar y tablillas para cajos. 

En los talleres de encuadernación encontramos toda la maquinaria necesaria para estos trabajos: guillotinas, cizallas, prensas de percusión, prensa de cajos etc. Como ya hemos explicado, para un aficionado, conseguir toda esta maquinaria así como espacio para su ubicación, resulta complicado y costoso, por lo que intentaremos fabricar lo imprescindible y si es posible con nuestras propias manos. 

En cualquier tienda especializada las podemos encontrar, pero nosotros podemos fabricarnos una -o encargársela a algún carpintero- que sea manejable y nos sirva para varias funciones con el consiguiente ahorro de espacio y dinero.   

Vamos a construir una prensa robusta, que nos permita realizar las diferentes operaciones necesarias para la construcción del libro. Necesitaremos dos tableros de madera, dos tornillos de carpintero y dos pletinas de hierro o acero.

 Medidas:

TELAR:   

Podemos adquirir un telar en cualquier tienda de materiales de encuadernación, pe- ro también podemos fabricarlo nosotros mismos de una manera rápida y sencilla, y lo más importante, por muy poco dinero.

CARTONÉ

Para desarrollar esta técnica vamos a encuadernar un libro formado por hojas en blanco. Para ello plegamos hojas formando librillos de cuatro. 

Si lo deseamos, podemos también formar dos librillos de hojas de cortesía de un co- lor diferente, uno al principio y otro al final del libro. En este caso todas son blancas. 

Comprobamos que la dirección del hilo sea la correcta.  

Cosidos:

Preparamos el libro para su cosido, para ello juntamos los librillos y ayudándonos de dos cartones, batimos el libro sobre la mesa por el lomo y la cabeza, para igualarlo. 

Lo metemos parcialmente en la prensa.

Como vemos en el apartado “COSIDOS” normalmente cosemos con cinco cuerdas, nosotros no vamos a realizar una proporción tan cuidada; en CARTONE,  utilizaremos dos, tres, o cuatro cuerdas, según el tamaño del libro.

SERRADO:

Colocamos el libro en la prensa entre los cartones. Dividimos el lomo en cinco partes iguales y las marcamos. Trazamos otras marcas a 1,5 cm. de los bordes, para la entrada y salida del hilo y procedemos al serrado. 

Una vez cosido el libro, lo retiramos del telar y cortamos los cordones.

GUARDAS

Vamos a ponerle ahora las guardas. Formamos dos librillos de dos hojas, en este caso un papel Cansón de color, de 140 gr.  Plegamos la hoja en correcta dirección de hilo.

Marcamos en la guarda el tamaño del libro.

Cuando el libro esta batido, lo colocamos con el lomo sobresaliendo de la mesa, para no deformarlo y le damos una mano ligera de cola plástica; nos ayudamos de los car- tones que utilizamos antes para hacer los cortes al libro.

LAS TAPAS 

Elegimos el cartón que vamos a utilizar para las tapas y medimos su grosor. Lo podemos hacer con un calibre, una regla o, como en este caso, con un compás.

GUILLOTINADO

 Un libro reencuadernado no debe ser guillotinado. El guillotinado produce un deterioro, una mutilación que le acorta la vida y al reducirle los márgenes le hace perder sus proporciones. Por eso cuando reencuadernemos un libro, solo en casos verdaderamente excepcionales podemos guillotinarlo, y en todo caso, siempre es mejor cizallarlo librillo a librillo. 

ENLOMADO.

Llamamos así al refuerzo realizado en el lomo con diferentes materiales (tarlatana, piel, papel) y pegado al mismo con colas, engrudos etc.   Nosotros montaremos un enlomado muy sencillo, con papel y cola plástica Existen papeles especiales para enlomar, pero en este caso utilizaremos los restos que tengamos a mano, procurando a ser posible, que sean porosos y de buena calidad.  Vamos, con un papel, a tomar la medida del ancho del lomo, para después cortar una tira de la misma medida y en correcta dirección de hilo.

Damos cola a todo el lomo, incluida la cabezada.    

Ajustamos la banda en el centro y pegamos.     

Trabajamos con la plegadera.    

Lo dejamos secar hasta el día siguiente y retiramos el libro de la prensa.    

Como habéis visto, este enlomado es muy sencillo, quizás demasiado sencillo, pero para este tipo de encuadernación es suficiente. Si el libro tiene más librillos podéis  aumentar el número de papeles. ¡Ojo! No pasaros en el lomo de los fascículos.  Una vez seco, recortamos la solapa y el exceso de cabezada por los cuatro lados. 

LAS TAPAS. 

Vamos a confeccionar las tapas del libro. Tomamos el cartón que hemos elegido, en este caso de 2,5 mm., y como no disponemos de cizalla vamos a cortarlo con la escuadra y el cutter.  Comprobamos si hay alguna esquina escuadrada, si no, lo escuadramos.

MONTAJE EN TAPAS 

Vamos ahora a montar las tapas en el libro.  Colocamos las tapas sobre una de las tablillas con el lomo paralelo al barrotillo.

Encolamos las solapas. Basta con darles una ligera mano de cola, sin encolarlas por completo para que al prensar el libro no rebose la cola a la guarda.    

Situamos el lomo justo en el borde de la lomera. Comprobamos que las cejas tengan las mismas dimensiones.

Sin dejar que seque, apretamos la lomera contra el libro y abatimos la otra tapa contra la solapa. Ajustamos y cerramos el libro comprobando las cejas de las dos tapas.       

Introducimos el cajo del libro en el reborde de madera.      

Colocamos la otra tablilla de la misma manera.    

Con la plegadera abrimos un poco en los bordes del cajo hacia fuera –recajeamos- para darle forma y dejar espacio a las cabezadas.    

Desplazando hacia afuera  

Prensamos.     

A los 15 minutos lo quitamos de la prensa. Comprobamos que todo correcto: cejas, cajos etc.; en caso de no estar conformes con el resultado, separamos el libro de las tapas y pegándole al lomo otro refuerzo con solapas, empezamos de nuevo.

 

LAS GUARDAS.

 Ponemos un pliego debajo de la guarda y encolamos.    

Retiramos el papel teniendo cuidado de no manchar la guarda volante.    

Tiramos ligeramente de la guarda y la ajustamos al cajo con los dedos y la plegadera.     

La dejamos secar unas horas y pegamos la otra guarda.      

Una vez pegadas, metemos el libro en prensa con un par de papeles  secantes entre las guardas y las guardas volantes.    

Al día siguiente podemos ya retirar el libro de la prensa.

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